Soy María Isabel Dupouy, y todavía no salgo de mi asombro.

Porque estas cosquillitas de alegría que me están recorriendo el cuerpo ahorita, me visitan muchas veces al día.
Y yo me vuelvo a impresionar de lo bien que se siente la vida últimamente, con tanta Endorfina, Serotonina y Oxitocina en mi cerebro. De lo rico que es saber segregarlas a voluntad, sin pastillas. Puro CRP.

Yo no te voy a contar aquí cuánto lloré por amor, ni lo tristemente que me despeché por relaciones que no funcionaron, simplemente porque no me lo creerías viendo la sonrisa que tengo en la foto de arriba. Mucho menos cuando nos conozcamos.

Y es que este sentimiento tan poderoso con el que vivo ahora, esta sensación de que puedo hacer, ser y tener lo que me provoque, lo que quiera, lo que más me guste , lo que mejor me haga sentir. Esta tranquilidad tan divina con la que ando ahora por la vida... me la regaló CRP.

¿ Y qué fue para mí CRP ?
Una aventura que no deja de sorprenderme todavía. Una maravilla.
12 horas que me cambiaron la vida. Que me llevaron del vacío y el sinsentido a la plenitud, a esta sensación tan divina de disfrute de la vida, al bienestar.

Graduada en Comunicación Social de la UCAB, A los 27 años tenía tremendo cargo: Directora Creativa de RCTV , un programa de televisión vendido al canal SONY ENTERTAINMENT TELEVISION, un esposo del que estaba locamente enamorada y una hija espectacular en todas las formas en que un ser humano puede serlo.

Y, paradójicamente, nada de eso fue suficiente para hacerme sentirme bien.
El estrés que cargaba encima, como un bulto de piedras, no me dejaba gozarme a mi hija como ahora. Por la angustia en la que vivía tampoco disfrutaba mi matrimonio, así que se rompió y me divorcié.

10 años después seguía sintiéndome ansiosa, impaciente, cansada, y, con demasiada frecuencia para mi gusto, de mal humor. Y lo más triste es que, estuviera o no acompañada, me sentía sola.

Hice cuánto curso me prometía revelarme la fórmula para el bienestar. Leí cientos de libros que juraban darme la plenitud y, la verdad, es que me seguía sintiendo vacía, incompleta, mal.

Me interné un mes en la India, fui a Alemania, me mudé a Nueva York y seguí a cuanto maestro hallé. Me gané 4 premios internacionales en publicidad y 3 en Literatura. Casi me caso otra vez.
Todo buscando. ¿Buscando qué? Pues… el bienestar. Ese sentirme bien que encontré, por fin, en Caracas, hace 2 años, en un sistema tan simple como efectivo que me llevó a la vida que tenía 47 años buscando, que me hace sonreír de satisfacción, de sabrosura, de alegría, de plenitud.

Y, cuando vine a ver, había vuelto a ser todo lo que una vez fui: alguien que, de pronto, tiene entusiasmo. Alguien que ahora disfruta muchísimo de la gente tan rica, la casa, el apartamento en la playa y el negocio que llegaron a mi vida desde que llegué a CRP.

Así que no hay nada que más disfrute en el mundo que compartir esta maravilla, este tesoro, este verdadero imperio interno que se me va abriendo cada día de forma más sorprendente, mágica, inexplicable y sabrosa.
Esta bendición que no ha hecho otra cosa que ponerse… mejor y mejor.