Nací en Caracas en el año 1977, siendo el menor de tres hermanos varones. Desde temprana edad me gusta mucho leer y obtener conocimiento de todo tipo, de tal modo que tenía contacto con temas religiosos y esotéricos sin ninguna distinción. A los 17 años me convertí en padre adolescente, la cual fue una experiencia tremendamente reveladora acerca de la paternidad y de mi comportamiento como hijo. Contando con el apoyo de toda la familia en este maravilloso pero inesperado evento, me hago profesional en el área de la Programación de Sistemas, área en la que aún me desempeño, ya con 20 años de experiencia.

La computación y los medios informáticos han sido desde siempre, una de mis pasiones y entretenimientos, sin embargo, fui descubriendo también otras áreas que me encantan y que complementan a un Gustavo polifacético, interesado en el canto y desarrollando una incipiente carrera en esa área y también desde muy temprano con habilidades para escribir y reflexionar sobre diversos temas, a la par de una capacidad de oratoria que empezó a ver luz en la infancia. Quizás, todas esas facetas se reúnen en el placer de entregar un mensaje, trasmitir puntos de vista, compartir ideas o de regalar reflexiones, lo que se puede resumir en lo que sin duda alguna creo hoy que es mi propósito de vida: comunicar. Mi tema favorito para intercambiar posturas es lo que me gusta llamar Filosofía del SER, que no es otra cosa que la vida misma y como la vemos e interpretamos y sobretodo, como podemos vivirla mejor.

Mi caso difiere del de muchos practicantes de CRP. Mi vida era bastante “normal” y no me encontraba yo sumido en ningún proceso doloroso. Tampoco estaba buscando respuestas, lo cual es curioso porque uno nunca las tiene todas, pero intento decirles que no andaba buscando “algo” en particular. CRP llega como sugerencia de alguien a quien amo y respeto, lo cual era motivo suficiente para hacerlo, conectado con mi curiosidad infinita por cualquier tema y sobre todo por aquellos de crecimiento personal y expansión de conciencia. En tal sentido, CRP fue una sorpresa increíble que se manifestó sutilmente, aunque parezca contradictorio. En esencia, entendía y tenía como dogma muchos de sus principios pero jamás había tenido a la mano estrategias que me llevaran de la teoría a la práctica de manera tan fácil y que provocara resultados tan inmediatos y sorprendentes. Cuando pude observar lo que podía hacer en mí, inicialmente quise seguir explorando todos los niveles y luego nació un deseo tremendo de compartir estas enseñanzas y estrategias con el mundo entero, conectando así con mi pasión para comunicar y con mis temas favoritos para intercambiar.

La formación de CRP es sin duda un instrumento para cambiar vidas. Para mí será un honor y un placer inmenso acompañarte en ese proceso. Te prometo información valiosa, momentos divertidos, testimonios a granel y un éxito garantizado si practicas lo que aprenderás en tus clases. Siempre es un buen momento para recordar nuestro verdadero poder interior y tomar el timón de nuestras vidas.